Como alfombra a un lado de la cama ¡o a los dos!
Sobre la cama a modo de plaid.
¡Es muy resistente si piensas en dejar la maleta o apoyar los pies!
En un tramo de escalera.
Bajo un escritorio.
Para un dormitorio estrecho.
Como camino de mesa.
Para ocultar lo que no quieres que se vea.
Para superponer a un cabecero de cama.
Para colgarla de la pared. Ya sea con un bastidor o enmarcada. O simplemente con un listón de madera.
¡O exhibirla en la ventana!
¡Y las última! ¡Para tener las escaleras que no tiene nadie!